Si nos preguntaran ¿cómo te gustaría vivir? Seguramente muchos responderíamos que en una casa grande y con muchas comodidades, pero la realidad es que, podemos vivir en una gran mansión y sin embargo nuestra calidad de vida no depende únicamente de las dimensiones de nuestra vivienda. Como nos hemos dado cuenta durante la reciente contingencia sanitaria, las áreas verdes y los espacios abiertos resultan imprescindibles.
En la actualidad el diseño urbano de las ciudades cada vez deja menos espacios para las áreas verdes publicas, situación que parece imperceptible a primera impresión, pero si ponemos atención y profundizamos un poco más en las implicaciones de vivir lejos de los beneficios que nos ofrece la sombra de los árboles, nos daremos cuenta de algunas de las consecuencias que conlleva, como son: un aumento inherente de la temperatura, una sensación térmica desgastante y un porcentaje de humedad elevado, afectaciones que además de atentar contra la salud, se traducen en un mayor consumo energético tanto de los edificios como de los habitantes. Al contrario, las áreas verdes fomentan la conexión del hombre con su origen, la naturaleza, proporcionando el oxígeno y el ambiente adecuados para el descanso y la recreación.
La sombra que proyectan los árboles disminuye la cantidad de calor y radiación que absorbe el concreto. Las diferencias entre una calle con árboles y una sin vegetación puede llegar a variar entre 2 y 5 grados centígrados.
Por su ubicación privilegiada, al ser el estado donde convergen la diversidad de la selva maya y las bellezas naturales del caribe mexicano, Quintana Roo se encuentra en constante crecimiento demográfico, lo que con el tiempo ha ocasionado un desequilibrio en la configuración del trazo urbano, sobre todo en los destinos turísticos como Cancún y Playa del Carmen, haciendo de lado a la naturaleza, un aliado insustituible del ser humano.
Recientemente, las áreas verdes en los principales destinos del estado han disminuido alarmantemente con respecto al aumento poblacional. Si consideramos el impacto positivo que estas producen en el ambiente y por lo tanto, en la salud publica y la calidad de vida, resulta vital reconsiderar su promoción como medida principal para desarrollar comunidades más sustentables y ambientes sanos. Aquí, podemos decir que el problema de la contaminación y la carencia de áreas verdes, a diferencia de lo que comúnmente pensamos, no recae en el crecimiento demográfico, sino que es consecuencia directa de la mala planeación urbana, situación que tiende agravarse con el tiempo.
Muchas veces, a pesar de que ya tenemos una idea más clara de las consecuencias de vivir en ambientes insalubres, donde las condiciones no son las ideales, a la hora de elegir el que será nuestro hogar seguimos inclinándonos a decidir por el precio y olvidamos dos factores determinantes, el entorno y el aire que respiramos. Desafortunadamente el medio ambiente sigue sin considerarse un elemento clave en la conformación de una comunidad o residencial, impactando los paisajes naturales, que no solo embellecen el entorno urbano, sino también mejoran la calidad de vida de los residentes.
Una propuesta de calidad
Cuando se trata de desarrollar espacios residenciales, es necesaria una planeación consciente, en este sentido Grupo GECH, invierte el tiempo que sea necesario para diseñar un paisaje urbano que integre el entorno no solo como un atractivo estético, sino como un beneficio ambiental, como se refleja en su más reciente y novedoso desarrollo, Selva Azul. De esta forma, los diseños que promueve el grupo empresarial en cada uno de sus residenciales, involucran grandes espacios de conservación para las áreas verdes, las cuales se integran para conformar un corredor biológico que marca la pauta del paisaje y amortigua las elevadas temperaturas de la región, creando ambientes sanos y agradables al interior del residencial, condiciones que enriquecen tu calidad de vida.