El éxito o fracaso de cualquier organización depende de una larga y compleja lista de factores y circunstancias, pero si algo esta claro en el mundo de los negocios, es que el rasgo mas determinante siempre será el liderazgo que inspira y predica el CEO, siendo quien define las estrategias y, al mando del timón, marca el rumbo de la empresa.
La factibilidad y la credibilidad de un proyecto se multiplican cuando la buena planeación, la calidad estructural y la confianza que inspira su consejo directivo se conjugan. A la cabeza del equipo, el director ejecutivo (CEO) maneja los planes a futuro y la capacidad productiva de una empresa, por lo que, la persona que ocupe este puesto, debe tener una capacidad de lectura que le permita anticiparse al entorno macroeconómico en el que esta se desenvuelve, además de estar al tanto de las fluctuaciones de la economía nacional y sus diferentes escenarios.
Como mencionamos en el articulo anterior “El secreto de la productividad”, el potencial de crecimiento de una empresa está profundamente ligado a la cultura empresarial promovida por el CEO, y se refleja en la productividad de sus colaboradores.
Cuando un inversionista se dispone a invertir capital, sigue una serie de pasos básicos: analiza la calidad del producto, el potencial de crecimiento que tiene y las tendencias del mercado. Pero, antes de decidirse por un proyecto, y con el objetivo de obtener una alta certidumbre respecto a dónde y con quién está invirtiendo su capital, el paso mas importante consiste en conocer bien a quien está al mando.
Una empresa dirigida por un ejecutivo que inspira confianza en sus decisiones, tiene muchas probabilidades de éxito, incluso cuando en los números no aparente ser la mejor opción; todo ello aumenta la posibilidad de atraer, incluso inversiones extranjeras, estimulando la movilización de capitales hacia nuestro país.
El margen de decisión de un CEO comprende una larga lista de responsabilidades entre las que destacan definir si las condiciones legales son las más apropiadas para impulsar el crecimiento de la empresa, elegir el momento correcto para invertir y anticiparse a los cambios, como leyes e impuestos, entre otros. Sin embargo, esta labor también requiere de un rasgo más humano, una percepción sensible, pues por más que uno conozca el mercado, nunca falta un imprevisto que nos obligue a emplearnos a fondo.
En Grupo Empresarial Cenote Hábitat tenemos la dicha de colaborar con un director que imparte su liderazgo mediante una impecable calidad humana. Alfredo Martínez Pech es un líder con visión de largo alcance, consciente de las necesidades sociales de su entorno, y que entiende que la mejor forma de conformar un equipo de trabajo eficiente y productivo, es a través de los valores humanos que promueve al interior de su empresa. A partir de su experiencia, y basado en una comunicación abierta, ha desarrollado la habilidad de transmitir una cultura empresarial positiva que inspira e impulsa hacia el éxito.