La contingencia sanitaria que se está viviendo a nivel mundial esta sacando a la luz muchas de las deficiencias que presenta nuestra forma de vivir, evidenciando la necesidad de evolucionar hacia un modelo de desarrollo más sustentable donde las personas puedan auto gestionar sus productos, cultivar sus alimentos y generar un equilibrio que reduzca el nivel de dependencia que presentan las sociedades actuales hacia el consumismo.
Datos de la Organización de las Naciones Unidas indican que a pesar de ocupar solo el 3% de la superficie terrestre, las ciudades despiden el 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero y consumen cerca del 80% de la energía alrededor del mundo. La transformación del paisaje y los niveles de contaminación que generamos como sociedad, son rasgos de nuestro modelo de crecimiento urbano que carecen de empatía para con el medio ambiente y deterioran nuestra calidad de vida progresivamente.
La mayoría de los impactos ambientales que ocasionamos son originados por nuestro estilo de vida, estamos en una época de consumo donde algo tan cotidiano como la satisfacción de nuestras necesidades primarias se ha convertido en una de las principales vertientes de la contaminación ambiental. La problemática se extiende a nivel mundial y en algunas partes del mundo están apareciendo alternativas que intentan revertir un poco los impactos que generamos como sociedad. El presente nos exige un nuevo modo de interpretar la realidad y nos obliga a evolucionar hacia nuevas formas de satisfacer nuestras necesidades humanas.
Existe un sector que no recibe atención por su limitada presencia, pero sin embargo está generando una propuesta que con el paso del tiempo irá tomando relevancia: se trata de la agricultura urbana, una alternativa que puede convertirse en una importante contribución hacia la seguridad alimentaria de las familias y la sustentabilidad de nuestros asentamientos.
Ante la crisis generada por la contingencia sanitaria que estamos atravesando como sociedad, nos han surgido muchas dudas al respecto de si realmente estamos listos para este tipo de eventualidades de gran escala. En este sentido, la agricultura urbana nos permite dar un paso al frente al generar nuestros alimentos de forma orgánica y confiable, garantizando la cobertura de nuestras necesidades humanas básicas ante cualquier eventualidad.
Ante la crisis que esta transformando al mundo, en México tenemos grandes ventajas que nos postulan como fuertes candidatos a generar nuevos modelos de desarrollo urbano. Contamos con los recursos y una riqueza cultural incomparable, una selva prodigiosa con pueblos y comunidades que conservan los conocimientos de la tierra y cultivan una gran diversidad de especies comestibles de alta calidad nutrimental, verdaderos ejemplos de asentamientos sustentables al alcance, costumbres que debemos rescatar y reintegrar a nuestro estilo de vida.